Después de mucho probar y visitar los foros por fin encontré una manera de instalar Ubuntu de manera que no se congele. Esto permite, por ejemplo, usar el live-cd en lugar del alternate, y la instalación es mucho más rápida y agradable.
Las instrucciones son para la gente que tiene tarjetas de video nVidia, pero también puede servir para quienes se les congela el live-cd o tienen una Purple Screen of Death.
En resumen, sirve si Ubuntu con nouveau se congela, si live-cd de Ubuntu 10.04 se congela, en casos de Purple Screen of Death (se congela con el fondo morado), si el live-cd no arranca, si X en Ubuntu 10.04 se congela, etc.
Primer paso
Desconectar los discos duros de Windows u otros sistemas operativos. Yo no confío en el instalador Ubuntu, la última vez que lo instalé con el otro disco duro conectado este decidió volarse el cargador de arranque de Windows. No me lo volverá a hacer. (Por supuesto, este paso pudo haber sido un error, pero si no se quieren arriesgar, háganlo).
Segundo paso
Ahora hay que arrancar la computadora desde el live-cd. PERO todavía no entren ni nada, hay que cambiar algunas cosas. Si el cd decide arrancar por si mismo presionen la tecla MAYUS desde antes de que cargue el CD.
Deberíamos ver a GRUB. Después de seleccionar nuestro idioma y otras opciones específicas de nuestra computadora hay que seleccionar otra no tan obvia: nomodeset. Esto evitará que se carguen los controladores de video. Una vez que esté bien instalado se le podrán poner los de nVidia.
Ahora se carga el live-cd y se sigue una instalación normal. La diferencia es que esta instalación sí acabará y no se congelará en algún momento aleatorio.
Selección del idioma
Aquí Ubuntu pregunta por mi idioma, que supuestamente es el que se usará en la instalación. Toma el que se escogió en GRUB.
Ubicación Geográfica
Aquí se selecciona el país y el huso horario. Aquí Ubuntu lo detectó automáticamente (creo que por la hora del reloj del BIOS o mandando información a algún servidor secreto… hm... que raro).
Distribución del teclado
Aquí Ubuntu pregunta por el teclado. Nuevamente acertó a la primera.
Particiones
Esta es la parte donde más cosas pueden salir mal. Por eso desconecté los demás discos duros al principio, aunque después tuviera que modificar fstab a mano (cada computadora es un mundo, no tengo ni idea cómo hacerlo de manera automática).
Como solamente tenía una instalación de Gentoo que ya no quería tomé todo el disco duro (borrando todo). Por si no me creen que tuve Gentoo ahí están las particiones: todo según lo sugiere el Handbook.
¿Quién soy yo?
¿Todo este tiempo en el instalador y hacía todo lo que yo decía? Bueno, yo soy yo. Ubuntu es muy confiado y pregunta por la información personal hasta el quinto paso. Para tratar con personas en vivo esto es mejor hacerlo de primero.
Por aquello, donde Ubuntu pregunta por “¿Cómo se llama?” está preguntando por su nombre completo. No por su teléfono, correo electrónico, etc.
Estamos listos… ¡no, un momento!
Aquí Ubuntu jura que estamos listos, pero nosotros que no confiamos en el instalador vamos a ir al botón avanzadas y verificaremos donde se instalará GRUB (y a gusto de otras personas el proxy de red). Es muy curioso que Canonical decidiera que esto es muy avanzado, pues curiosamente es el paso que más instalaciones de Windows destruye.
Quizá Canonical cree que destruir las particiones es una buena manera de solucionar el primer bug de Ubuntu. Pero la verdad es que Ubuntu es lo suficientemente bueno como para necesitar métodos tan violentos. Muchos de los que prueban GNU/Linux (voluntariamente) por una semana al volver a Windows lo notan insoportablemente lento y congeladizo. Quizá cuando Canonical sea multipentallonario podría organizar demandas grupales contra los fabricantes de computadores que se niegan a reembolsar el costo del Windows OEM. Así la gente se daría cuenta que no debe pagar $700 por algo que espía su computadora.
En fin, aquí está la revisada:
Aquí va la instalación
Y luego va la instalación. Nada interesante que decir por acá.
Después de que Ubuntu pide reiniciar suceden cosas raras. Hay que sacar el CD, pero luego tira errores. Pero como somos muy inteligentes vamos a presionar enter y el reinicio seguirá normal.
Después de que aparece el bios debemos mantener presionada la tecla MAYUS y entraremos en el GRUB. Si no lo hacemos (y tenemos una tarjeta nvidia) cuando se cargue el Ubuntu se congelará. Siempre.
Ahí hay que editar las opciones de Ubuntu y agregar al final de la línea que comienza con “kernel……” la palabra “nomodeset”. Así no cargará los dichosos controladores.
Una vez dentro hay que instalar los drivers de nvidia y poner en la lista negra a nouveau. Para hacer esto último uno debe ir a una terminal (Aplicaciones->Accesorios->Terminal) y escribir
sudo gedit /etc/modprobe.d/blacklist.conf
Y allí agregan las líneas:
blacklist nouveau
blacklist vga16fb
Luego se apaga y se vuelven a conectar los discos duros (yo asumo que el de Ubuntu es el primero en cargar). Luego hay que hacer desmadres con GRUB para agregar los demás sistemas operativos, pero eso será otra serie de instrucciones. De todos modos hay una manera cuasiautomática de hacerlo.
Cuando vuelvan a iniciar Ubuntu este ya no se debería congelar =).
Y el tiempo final fue de…
Con mi instalación en modo paranoico se tarda un poco más. Sin embargo la instalación tardó mas o menos una hora, sin incluir las correcciones de GRUB, pero instalando (y descargando) los drivers de nVidia en una conexión de 1 Mbps (Mega BIT por segundo).
Windows sobrevivió
No hay nada que temer. Los pingüinos no son carnívoros (creo). De hecho son bastante civilizados y pueden convivir con otros sistemas operativos. Y lo importante es que tanto mi partición de Windows como los datos en ella sobrevivieron:
Pasos finales
Ahora solamente queda pasar los datos de vuelta a Ubuntu y dejarlo a gusto personal de cada quien. Por supuesto, hay que instalar todos los paquetes de rigor, pero eso en mi caso es mejor en la noche. Descargar LaTeX dura bastante.